El cricket o críquet es uno de los deportes más exóticos del mundo hispanoparlante. Todavía no son muchas las personas que han visto un partido de cricket al menos una vez en la vida. Aunque la cosa está cambiando gracias a las nuevas tecnologías, que permiten disfrutar de los partidos de cricket desde cualquier lugar del mundo. También gracias a la popularización de las apuestas deportivas de toda clase en plataformas como Interwetten.
A pesar de la escasa popularidad que el cricket tiene todavía entre nosotros, lo cierto es que es un deporte que arrasa en países de tradición anglosajona, como India, Nueva Zelanda, Pakistán, Reino Unido o Bangladesh. Es más, llega a rivalizar con el reinado del mismísimo fútbol. Así que algo tendrá el cricket para haber fascinado a tanta gente, ¿no? A continuación, descubriremos el porqué.
Un poco de historia para comprender mejor este deporte
Los orígenes del cricket son algo confusos. Hay quien afirma que se remontan a los niños de Kent y Sussex, que habrían comenzado a jugar a una versión rudimentaria de este deporte. Otros, en cambio, afirman que el origen se encuentra en el pueblo neerlandés, cuando los flamencos jugaban a un juego similar con unos palos curvos denominados crekettes. Por último, está la teoría de que fueron los franceses lo que trajeron la primera versión del criquet a Inglaterra en tiempos de la invasión de los normandos.
Por suerte, la cosa está ya mas clara a partir de mediados del siglo XVI. Por aquel entonces, ya se jugaba al cricket en Inglaterra enfrentando a equipos de 11 jugadores. Pero las reglas, conocidas como leyes del cricket, tardaron todavía en llegar. En el siglo XIX se formalizaron en una cancha a la que los amantes del cricket llaman todavía hoy el hogar del cricket, llamada Lord’s. Estas reglas introdujeron incluso 20 minutos de pausa para tomar el té. ¿Hay algo que pueda ser más británico?
En qué consiste el curioso juego del cricket
Sin ánimo de ofender a ningún inglés, el cricket guarda grandes similitudes con el béisbol. Cuenta con bateadores y hay que hacer carreras. Los equipos se van turnando para batear y conseguir carreras. Gana finalmente el equipo que haya obtenido un mayor número de ellas. De ahí las grandes similitudes con el béisbol.
Aunque, evidentemente, hay diferencias. Como, por ejemplo, la bola que se utiliza para jugar al cricket. Tiene un peso en torno a los 150 gramos y está fabricada con un núcleo de corcho enrollado en cuerda y recubierto de cuero. Debido a ello, en el cricket, un bateador experimentado puede lograr lanzamientos a velocidades superiores a los 120 kilómetros por hora.
A continuación, vamos a ver como el cricket recuerda a la mecánica de juego del béisbol. En un terreno de juego ovalado con una cancha rectangular en el medio se disputan la victoria dos equipos formados por once jugadores. Uno de los equipos batea y el otro trata de interceptar. El equipo bateador dispone de dos jugadores al mismo tiempo en el campo, a ambos lados de la cancha. En estos extremos hay un wicket, es decir, tres palos coronados por dos travesaños. Un bateador se sitúa en frente del wicket y trata de darle con el bate a la bola lanzada a toda velocidad por un jugador del equipo contrario.
Si el bateador le da a la bola, puede marcar carreras intercambiando su posición con otro jugador de su equipo situado en el extremo opuesto de la cancha. Cada cambio exitoso se traduce en una carrera anotada. Mientras los jugadores corren, los jugadores del equipo contrario que se encuentran fuera de la cancha tratan de agarrar la bola e impactar uno de los wickets antes de la llegada de uno de los bateadores. Si el bateador no logra llegar antes de que el travesaño del wicket sea derribado, queda descalificado. También queda descalificado si uno de los jugadores situados fuera de la cancha rectangular logra atrapar la bola al vuelo. Exactamente igual de lo que sucede en la práctica del béisbol. Gana el equipo que termine anotando más carreras.
Consejos para triunfar en las apuestas de cricket
El primer consejo para cosechar buenos resultados apostando al cricket es la paciencia. Algunos partidos duran hasta cinco días. Los propios jugadores admiten que se trata de una verdadera prueba de desgaste. Y razón no les falta. Hay que tener, pues, la mente fría para no cambiar nuestras apuestas debido al nerviosismo a medida que pasan los días de un partido. Si no nos vemos preparados, también hay la opción de apostar en partidos que tengan una menor duración.
El segundo consejo es estudiar bien a fondo las métricas de cada jugador que vaya a participar en un partido de cricket. Sus tasas de bateo o el número de carreras conseguido de media por encuentro nos da una información sumamente valiosa a la hora de hacer nuestros pronósticos deportivos.
Por último, es muy importante que estemos bien familiarizados con las mecánicas y las dinámicas de este juego que, casi siempre, nos resultan poco familiares debido a la escasa exposición cultural a este deporte. No es mala idea aprovecharnos de las nuevas tecnologías y ver algún partido pasado para tratar de interiorizar y de comprender todo lo que sucede en el terreno de juego. De lo contrario corremos el riesgo de apostar a ciegas y tener, lógicamente, menores probabilidades de acertar en las apuestas que hagamos.